Mons. Luis
Urbanc nos recuerda:
Que hace 50 años
de la clausura del Concilio Vaticano II, tesoro ofrecido a la Iglesia y al
mundo por el Espíritu Santo, como en aquella ocasión en que los Padres sinodales
se abocaron a reflexionar sobre el arte de educar, su importancia y la
necesidad de ofrecer una formación integral y gradual, destacaron la
importancia de la Escuela Católica, la cual debe crear un clima propicio
para el desarrollo armonioso de la vida cristiana.
Por su parte el
Pbro Oscar Tapia, Director General del CECulD expresa con relación a este nuevo
emprendimiento diocesano;
Nos llena de
esperanza la creación del Centro Educativo y Cultural “Virgen del Valle”, que
pretende dar una respuesta cristiana genuina
ante los ingentes desafíos actuales (…), en efecto, se trata de
buscar estructuras sólidas que permita plasmar en el nuevo milenio, y en este
rincón del vasto y a la vez pequeño planeta, sistemas que permitan humanizar,
personalizar, dignificar, pues eso es lo que define la esencia de la educación.
El CECulD es una
de las respuestas diocesanas que busca, a través de una educación humanística e
integral, pluricultural y aggionada en lo científico y tecnológico, lograr el
objetivo de una articulación estructural en torno a las áreas formativas,
administrativa y académica, afrontando los nuevos desafíos de la sociedad y el
mundo de la posmodernidad.
Mons.Hèctor
Aguer, Presidente de la Comisión Episcopal de Educación Católica señala:
La calidad
educativa debe comprenderse como equivalente al de educación integral y que el propósito de una institución educativa católica es formar
integralmente a sus alumnos a la luz de la fe, orientada al desarrollo de todas
las dimensiones de la personalidad, favoreciendo su inserción en una comunidad
eclesial.
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