lunes, 4 de abril de 2016



Mons. Luis Urbanc nos recuerda:

Que hace 50 años de la clausura del Concilio Vaticano II, tesoro ofrecido a la Iglesia y al mundo por el Espíritu Santo, como en aquella ocasión en que los Padres sinodales se abocaron a reflexionar sobre el arte de educar, su importancia y la necesidad de ofrecer una formación integral y gradual, destacaron la importancia de la Escuela Católica, la cual debe crear un clima propicio para el desarrollo armonioso de la vida cristiana.

Por su parte el Pbro Oscar Tapia, Director General del CECulD expresa con relación a este nuevo emprendimiento diocesano;
Nos llena de esperanza la creación del Centro Educativo y Cultural “Virgen del Valle”, que pretende dar una respuesta cristiana genuina  ante los ingentes desafíos actuales (…), en efecto, se trata de buscar estructuras sólidas que permita plasmar en el nuevo milenio, y en este rincón del vasto y a la vez pequeño planeta, sistemas que permitan humanizar, personalizar, dignificar, pues eso es lo que define la esencia de la educación.
El CECulD es una de las respuestas diocesanas que busca, a través de una educación humanística e integral, pluricultural y aggionada en lo científico y tecnológico, lograr el objetivo de una articulación estructural en torno a las áreas formativas, administrativa y académica, afrontando los nuevos desafíos de la sociedad y el mundo de la posmodernidad.

Mons.Hèctor Aguer, Presidente de la Comisión Episcopal de Educación Católica señala:

La calidad educativa debe comprenderse como equivalente al de educación integral y que el propósito de una institución educativa católica es formar integralmente a sus alumnos a la luz de la fe, orientada al desarrollo de todas las dimensiones de la personalidad, favoreciendo su inserción en una comunidad eclesial.

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